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Clasificación y propiedades de la Acelga (Beta vulgaris cicla)


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ACELGA (Beta vulgaris cicla)

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Acelga
Beta vulgaris cicla

Acelga (Beta vulgaris cicla)

Propiedades de la acelga

En lo que se refiere al aporte nutricional, la acelga es un alimento con un alto contenido en carotenoides, yodo, vitamina C, magnesio, vitamina B9, agua, potasio, hierro, calcio y vitamina A.

Carotenoides. Actúan como antioxidante previniendo el envejecimiento celular y protegiendo el organismo frente a los radicales libres y la aparición de cáncer, a la vez que se aumentan la eficiencia del sistema inmunitario y se reducen las probabilidades de ataques cardíacos. Los carotenos son también requeridos por nuestro organismo para la formación de la vitamina A.

Yodo. Favorece el funcionamiento de los tejidos nerviosos y musculares, así como el sistema circulatorio. Además, el yodo, colabora en el metabolismo de otros nutrientes, y juega un papel esencial en el adecuado desarrollo de la glándula tiroidea.

Vitamina C (o ácido ascórbico). Con propiedades antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres y a eliminar determinadas sustancias tóxicas, reduciendo la probabilidad de desarrollar cáncer. La vitamina C inhibe además el crecimiento de bacterias dañinas para el organismo, favorece el sistema inmunitario, previene enfermedades vasculares al reducir la tensión arterial, y es empleada en tratamientos contra alergias como el asma o la sinusitis. En cuanto al desarrollo del organismo, esta vitamina tiene un destacado papel en el mantemiento de cartílagos, huesos y dientes, ayuda a la absorción del hierro no hémico, y es imprescindible en la formación de colágeno, por lo que previene contra afecciones de la piel y contribuye a la cicatrización de heridas y quemaduras. También es sabido que mejora la visión y reduce la posibilidad de aparición de glaucoma y cataratas, además de combatir el estreñimiento por sus propiedades laxantes.

Magnesio. Contribuye a mejorar tanto el tono muscular como el neuronal, favoreciendo la transmisión de los impulsos nerviosos, y la contracción y relajación de los músculos. Colabora en el reforzamiento del sistema óseo y la dentadura, e interviene en el sistema cardiovascular, ayudando a mantener estable el ritmo cardíaco y la presión arterial, protegiendo las paredes de los vasos sanguíneos y actuando como vasodilatador, evitando de esta manera la formación de coágulos. Además, con el magnesio, se aumenta la producción de glóbulos blancos para beneficio del sistema inmunitario. Se estima que alrededor del 60% del magnesio que asimilamos se asienta en huesos y dientes, el 28% en órganos y músculos, y el 2% restante en líquidos corporales.

Vitamina B9 (o ácido fólico). Contribuye a la formación de células sanguíneas y glóbulos rojos, ayudando a prevenir la anemia y a mantener sana la piel. Además de ser indispensable para la correcta división y crecimiento celular -fundamental durante el embarazo y la infancia-, la vitamina B9 interviene en el metabolismo de proteínas, ADN y ARN, reduciendo el riesgo de aparición de deficiencias en el tubo neural del feto (estructura que dará lugar al sistema nervioso central). Esta vitamina además, disminuye la posibilidad de presentar enfermedades cardiovasculares, previene algunos tipos de cáncer como la leucemia, estimula la formación de ácidos digestivos y ayuda a mejorar el apetito.

Agua (93,35%). Favorece la hidratación de nuestro organismo, al que debemos abastecer, incluyendo el consumo a través de los alimentos, con una cantidad de agua que oscila entre los 2,7 y los 3,7 litros, dependiendo de cada constitución, de la actividad física desarrollada, o de estados como el embarazo, la lactancia, enfermedad o exposición a fuentes de calor, circunstancias estas últimas donde las necesidades de consumo aumentan.

Potasio. Junto con el sodio, se encarga de regular el balance ácido-base y la concentración de agua en sangre y tejidos. Las concentraciones de estos dos elementos en el interior y exterior de las células de nuestro organismo, generan un potencial eléctrico que propicia las contracciones musculares y el impulso nervioso, con especial relevancia en la actividad cardíaca.

Hierro. Necesario para la síntesis de hemoglobina, colabora en la renovación de las células sanguíneas, posibilitando el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los diferentes órganos, como los músculos, el hígado, el corazón o el cerebro, siendo el hierro indispensable en determinadas funciones de este último, como la capacidad de aprendizaje. El hierro también incrementa la resistencia ante enfermedades reforzando las defensas frente a los microorganismos, previene estados de fatiga o anemia, y sin él no podrían funcionar el sistema nervioso central, el control de la temperatura corporal o la glándula tiroides, siendo además saludable para la piel, el cabello y las uñas. Imprescindible para el organismo en situaciones de carencia de hierro, ya sean como consecuencia de hábitos alimenticios inadecuados, durante la menstruación o el embarazo, o tras accidentes u operaciones médicas donde se ha perdido sangre.

Calcio. Contribuye al fortalecimiento de huesos, dientes y encías, y favorece la adecuada coagulación de la sangre, previniendo enfermedades cardiovasculares, ya que el calcio ayuda a disminuir los niveles de colesterol en sangre. Ayuda también en la regularidad de la frecuencia cardíaca y en la transmisión de impulsos nerviosos, contribuyendo a reducir la tensión arterial en personas con hipertensión. El calcio además, mantiene la permeabilidad de las membranas celulares, e interviene en el proceso de la actividad neuromuscular, entre otras funciones.

Vitamina A. Colabora en las funciones de crecimiento, mantenimiento y reparación del sistema óseo, a la vez que contribuye al desarrollo celular relacionado con la vista, mucosas, epitelios, piel, uñas, cabello y esmalte de dientes. La vitamina A cumple además un rol determinante en la función reproductiva, contribuyendo tanto en la producción de esperma como en el ciclo reproductivo femenino, y favoreciendo el normal desarrollo de células y tejidos del feto durante el embarazo.

El resto de nutrientes presentes en menor medida en este alimento, ordenados por relevancia de su presencia, son: vitamina E, sodio, fibra, vitamina B6, hidratos de carbono, vitamina B2, vitamina B, fósforo, vitamina B3, proteínas, calorías, cinc, selenio, ácidos grasos poliinsaturados, grasa, ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos saturados.

Clasificación

Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida, Caryophyllidae
Orden: Caryophyllales
Familia: Amaranthaceae
Tribu: -
Género: Beta
Especie: B. vulgaris cicla

Aporte Nutricional 100 gr

Energía
24,70 Kcal
Potasio
445,00 mg
Vitam. A
281,09 µg
Proteínas
1,84 g
Fósforo
36,50 mg
Vitam. B1
0,04 mg
Hidratos
3,40 g
Fibra
1,25 g
Vitam. B2
0,07 mg
Agua
93,35 g
Grasa
0,14 g
Vitam. B3
0,86 mg
Calcio
92,50 mg
Colesterol
0,00 mg
Vitam. B6
0,10 mg
Hierro
2,80 mg
AGS
0,02 g
Vitam. B9
69,20 µg
Yodo
26,53 µg
AGM
0,03 g
Vitam. B12
0,00 µg
Magnesio
81,00 mg
AGP
0,05 g
Vitam. C
18,45 mg
Cinc
0,12 mg
Carotenos
1.685,30 µg
Vitam. D
0,00 µg
Selenio
0,85 µg
Retinol
0,00 µg
Vitam. E
0,96 µg
Sodio
140,00 mg

Recetas con acelga

Garbanzos con acelga y huevo

Garbanzos con acelga y huevo
INGREDIENTES (6 personas):
Garbanzo, 1/2 kg Acelga, 200 gr Huevo, 1 huevo (cocido) Zanahoria, 1 zanahoria Puerro, 1/2 puerro Cebolla, 1/4 cebolla Ajo, 5 dientes Agua, 1.5 litros Aceite de oliva, 4 cucharadas Laurel, 1 hoja Pimentón dulce, 2 cucharaditas Sal, 1 cucharadita ELABORACIÓN


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Pencas de acelga en salsa de cebolla

Pencas de acelga en salsa de cebolla
INGREDIENTES (6 personas):
Acelga, 1 kg (pencas, sin hojas) Cebolla, 1 cebolla Harina de trigo, 4 cucharadas (para celíacos se puede emplear harina de maíz) Huevo, 2 huevos Aceite de oliva, 1/4 litro Agua, 1 vaso Caldo de carne, 1/2 pastilla Sal, 1 cucharadita ELABORACIÓN


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