En lo que se refiere al aspecto
nutricional, el cardo es un alimento con un significativo aporte de agua y potasio.
Agua (94,95%). Favorece la hidratación de nuestro organismo, al que debemos abastecer, incluyendo el consumo a través de los alimentos, con una cantidad de agua que oscila entre los 2,7 y los 3,7 litros, dependiendo de cada constitución, de la actividad física desarrollada, o de estados como el embarazo, la lactancia, enfermedad o exposición a fuentes de calor, circunstancias estas últimas donde las necesidades de consumo aumentan.
Potasio. Junto con el sodio, se encarga de regular el balance ácido-base y la concentración de agua en sangre y tejidos. Las concentraciones de estos dos elementos en el interior y exterior de las células de nuestro organismo, generan un potencial eléctrico que propicia las contracciones musculares y el impulso nervioso, con especial relevancia en la actividad cardíaca.
El resto de nutrientes presentes en menor medida en este alimento, ordenados por relevancia de su presencia, son: magnesio, calcio, vitamina B9, fibra, vitamina E, sodio, vitamina C, hierro, hidratos de carbono, vitamina B6, vitamina B2, vitamina B, fósforo, cinc, calorías, yodo, proteínas, vitamina B3, selenio, ácidos grasos poliinsaturados, vitamina A, grasa, ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos saturados.