En lo que se refiere al aporte
nutricional, el champiñón es un alimento que destaca por su significativo aporte de agua y vitamina B2.
Agua (93,35%). Favorece la hidratación de nuestro organismo, al que debemos abastecer, incluyendo el consumo a través de los alimentos, con una cantidad de agua que oscila entre los 2,7 y los 3,7 litros, dependiendo de cada constitución, de la actividad física desarrollada, o de estados como el embarazo, la lactancia, enfermedad o exposición a fuentes de calor, circunstancias estas últimas donde las necesidades de consumo aumentan.
Vitamina B2 (o riboflavina). Favorece la actividad oxigenadora intercelular, mejorando el estado de las células del sistema nervioso y colaborando en la regeneración de tejidos como piel, cabello, uñas y mucosas, y de forma especial en la integridad de la córnea, contribuyendo de esta manera a mejorar la salud visual. Esta vitamina interviene además en la transformación de los alimentos en energía, y complementa a la vitamina E en su actividad antioxidante, y a las vitaminas B3 y B6 en la producción de glóbulos rojos, ayudando a mantener el sistema inmune en buen estado.
El resto de nutrientes presentes en menor medida en este alimento, ordenados por relevancia de su presencia, son: vitamina B3, yodo, potasio, sodio, selenio, fibra, fósforo, vitamina B9, vitamina B, hierro, magnesio, proteínas, vitamina C, vitamina B6, ácidos grasos poliinsaturados, cinc, calcio, calorías, grasa, vitamina E, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono y ácidos grasos monoinsaturados.