El síndrome de intestino irritable (SII), antes conocido como síndrome de colon irritable, colon espástico o colitis mucosa, es uno de los trastornos grastrointestinales más comunes en el mundo. Consiste en que las ondas de contracción que activan el colon pierden su regularidad y, a consecuencia de ello, impiden que las sustancias de desecho del organismo sean eliminadas del aparato digestivo a ritmo normal.
Quienes presentan los síntomas característicos del síndrome -dolor de vientre, diarrea alternada con estreñimiento y distensión abdominal-, suelen ser personas de carácter rígido y metódico, ya sean varones o mujeres, jóvenes o de edad madura, y que están sometidas a estrés. Los síntomas pueden persistir varios días e incluso meses y luego desaparecer de improviso durante muchas semanas. Otros síntomas menos frecuentes son un dolor intenso en el cuarto inferior izquierdo del abdomen (que suele ceder al defecar y al expulsar los gases intestinales), dolor de espalda, hinchazón, debilidad general y cansancio.
Los músculos intestinales son regulados por el sistema nervioso autónomo, es decir, su funcionamiento no depende del control voluntario. Se sabe que el SII puede ser causado por o agravado por la ansiedad, el estrés y diversos transtornos anímicos, y que en algunos casos es consecuencia de infecciones intestinales. Ciertas pruebas clínicas recientes han demostrado que quienes padecen el SII tienen una actividad intestinal caracterizada por contracciones rápidas y espasmódicas de los músculos del colon.
Advertencia. Hay que acudir al médico sin demora en caso de detectar residuos de sangre en las heces. Este signo puede indicar un caso avanzado de colon espástico, pero también podría ser señal de algún padecimiento más grave como el cáncer, en particular si se acompaña de pérdida repentina de peso corporal y se tienen más de 60 años de edad.
Medicina natural. Los naturópatas consideran que el síndrome de colon irritable no sólo es consecuencia del estrés sino también de una dieta inadecuada, de una intolerancia a determinados alimentos o de una combinación de dichos factores. Suelen prescribir una dieta bien equilibrada de ALIMENTOS ENTEROS (sin procesar, o lo menos posible) para regular la actividad intestinal, así como evitar el uso de laxantes y aumentar el consumo de comestibles ricos en FIBRA. Los terapeutas también recomiendan identificar los alimentos que produzcan reacciones de intolerancia y abstenerse de ellos, así como del consumo de condimentos, salsas y especias irritantes, café y bebidas alcohólicas.
Herbolaria. Se aconseja tomar infusiones calientes de MENTA o MANZANILLA dos o tres veces al día, combinadas con un poco de JENGIBRE si se desea. Las semillas de LINAZA tienen propiedades laxantes y pueden ayudar a contrarrestar los síntomas del colon espástico. Hay que agregar una cucharadita de semillas a una ración de cereal preparada con unos 200 ml de agua o leche tibia, sin azúcar.