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Clasificación y propiedades del Coco (Cocos nucifera)


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COCO (Cocos nucifera)

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Coco
Cocos nucifera

Coco (Cocos nucifera)
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Propiedades del coco

En lo que se refiere al aspecto nutricional, el coco es un alimento con un importante aporte de ácidos grasos saturados, grasa, fibra, calorías, magnesio, potasio y hierro.

Ácidos grasos. Son fuente de energía y ayudan a regular la temperatura corporal, a envolver y proteger órganos vitales como el corazón y los riñones, y a transportar las vitaminas liposolubles (A, D, E, K) facilitando así su absorción. La grasa resulta imprescindible para la formación de determinadas hormonas y suministra ácidos grasos esenciales que el organismo no puede sintetizar y que ha de obtener necesariamente de la alimentación diaria. A pesar de ello, conviene controlar la ingesta de alimentos ricos en grasa puesto que el cuerpo almacena la que no necesita, lo que ocasiona incrementos de peso indeseados y subidas de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.

Fibra. Ayuda a que se den en el organismo las condiciones favorables para la eliminación de determinadas sustancias nocivas como colesterol o ciertas sales biliares, y colabora en la dismunición de glucosa y ácidos grasos en la sangre. Por este motivo, los alimentos ricos en fibra se antojan indispensables en una dieta excesivamente rica en carbohidratos, proteínas o grasas. Colabora además en la eliminación de agentes cancerígenos.

Calorías. Favorecen el mantenimiento de las funciones vitales y la temperatura corporal de nuestro cuerpo, así como el desarrollo de la actividad física, a la vez que aportan energía para combatir posibles enfermedades o problemas que pueda presentar el organismo. El exceso de calorías sólo es recomendable en circunstancias especiales como épocas de crecimiento y renovación celular, y en personas que realizan una actividad física intensa o padecen situaciones estresantes como enfermedad o recuperación tras una intervención quirúrgica.

Magnesio. Contribuye a mejorar tanto el tono muscular como el neuronal, favoreciendo la transmisión de los impulsos nerviosos, y la contracción y relajación de los músculos. Colabora en el reforzamiento del sistema óseo y la dentadura, e interviene en el sistema cardiovascular, ayudando a mantener estable el ritmo cardíaco y la presión arterial, protegiendo las paredes de los vasos sanguíneos y actuando como vasodilatador, evitando de esta manera la formación de coágulos. Además, con el magnesio, se aumenta la producción de glóbulos blancos para beneficio del sistema inmunitario. Se estima que alrededor del 60% del magnesio que asimilamos se asienta en huesos y dientes, el 28% en órganos y músculos, y el 2% restante en líquidos corporales.

Potasio. Junto con el sodio, se encarga de regular el balance ácido-base y la concentración de agua en sangre y tejidos. Las concentraciones de estos dos elementos en el interior y exterior de las células de nuestro organismo, generan un potencial eléctrico que propicia las contracciones musculares y el impulso nervioso, con especial relevancia en la actividad cardíaca.

Hierro. Necesario para la síntesis de hemoglobina, colabora en la renovación de las células sanguíneas, posibilitando el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los diferentes órganos, como los músculos, el hígado, el corazón o el cerebro, siendo el hierro indispensable en determinadas funciones de este último, como la capacidad de aprendizaje. El hierro también incrementa la resistencia ante enfermedades reforzando las defensas frente a los microorganismos, previene estados de fatiga o anemia, y sin él no podrían funcionar el sistema nervioso central, el control de la temperatura corporal o la glándula tiroides, siendo además saludable para la piel, el cabello y las uñas. Imprescindible para el organismo en situaciones de carencia de hierro, ya sean como consecuencia de hábitos alimenticios inadecuados, durante la menstruación o el embarazo, o tras accidentes u operaciones médicas donde se ha perdido sangre.

El resto de nutrientes presentes en menor medida en este alimento, ordenados por relevancia de su presencia, son: ácidos grasos monoinsaturados, fósforo, vitamina E, ácidos grasos poliinsaturados, hidratos de carbono, cinc, vitamina B9, selenio, agua, proteínas, vitamina B3, vitamina B, vitamina B6, calcio, yodo, vitamina C, sodio y vitamina B2.

Clasificación

Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Liliopsida
Orden: Arecales
Familia: Arecaceae, Arecoideae
Tribu: Cocoeae, Butiinae
Género: Cocos
Especie: C. nucifera

Aporte Nutricional 100 gr

Energía
508,50 Kcal
Potasio
519,50 mg
Vitam. A
0,00 µg
Proteínas
5,11 g
Fósforo
127,00 mg
Vitam. B1
0,05 mg
Hidratos
5,59 g
Fibra
11,35 g
Vitam. B2
0,03 mg
Agua
28,70 g
Grasa
49,25 g
Vitam. B3
1,60 mg
Calcio
21,50 mg
Colesterol
0,00 mg
Vitam. B6
0,08 mg
Hierro
2,95 mg
AGS
42,62 g
Vitam. B9
19,50 µg
Yodo
2,10 µg
AGM
2,87 g
Vitam. B12
0,00 µg
Magnesio
64,50 mg
AGP
1,09 g
Vitam. C
1,50 mg
Cinc
0,84 mg
Carotenos
0,00 µg
Vitam. D
0,00 µg
Selenio
6,55 µg
Retinol
0,00 µg
Vitam. E
0,99 µg
Sodio
31,50 mg

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